lunes, 24 de diciembre de 2007

Exposiciones del día 20 de Diciembre

El Grupo Metales ha redactado las conclusiones de su trabajo: el descubrimiento de América fue el elemento que más influyó en nuestra Monarquía y que los metales preciosos -que para los indios suponían, únicamente, un objeto de lujo- fue el motor de su conquista (unido a otros factores de índole social, claro está). El colonialismo minero tuvo un fin monetario, no industrial, lo que suponía que exclusivamente se dedicaran a extraer oro y plata (lo que negó la posibilidad de crecimiento de otro sectores) que exportaban a la metrópoli mediante un complejo sistema de flotas y galeones. También están estudiando la Real Hacienda por su importancia en relación con el metal precioso americano.

El Grupo Protoindustrial dividirá el trabajo en cuatro partes, una por cada miembro. Víctor trabajará la protoindustria artesanal inglesa dando un especial peso a los gremios. Es una artesanía de labor directa sobre materias primas y conformaban una parte fundamental en la economía doméstica y exportacional, siendo el único ámbito donde aprender un oficio. Otro miembro del grupo estudiará la protoindustria textil inglesa por su importancia, cuyo éxito radica en el bajo coste.


El Grupo Gremios profundizará primero en la sociología y comienzo de los gremios, siguiendo de cerca el concepto de cofradía, como explicará Jorge. Intentarán despejar tópicos como que las monarquías fomentasen su creación para mantener el crecimiento económico bajo su jurisdicción. Hablarán también del auge de los gremios, conseguido durante el siglo XVII, pese a la crisis económica; y su desaparición hacia el siglo XIX. También explicarán algunos gremios españoles, como el importantísimo de Barcelona dedicado a los textiles.

El Grupo Comercio Americano tratará de dar un enfoque a la economía española atendiendo a su relación comercial con América tras la conquista, abarcando temas como la creación de la casa de contratación, la piratería, los préstamos o las embarcaciones. Su conclusión última es que el verdadero peligro del comercio indiano no viene del mar, sino de los abusos cometidos y del contrabando. También tendrán el objetivo de analizar a las compañías comerciales y su función en el desarrollo de América.

La agricultura en los Países Bajos

La agricultura en los Países Bajos va a mejorar notablemente porque se van a beneficiar de los celébres pólders, un sistema diseñado para recuperar tierras desecadas o agotadas mediante inundación, introduciendo los molinos e innovaciones en ingeniería hidráulica.También se desarrolló el abonado de las tierras, muchas veces empleando el propio detritus urbano y se aumentó la eficacia de los arados. Se conformó, como vemos, como una agricultura excepcional, basada en el cientifismo y las nuevas tecnologías.

Todos estos sistemas fueron posibles gracias al desarrollo financiero que hizo posible la inversion en estas técnicas.

En los Países Bajos se dio una presencia de la agricultura intensiva, algo excepcional en la epoca, lo que permitía tanto la presencia de una de las cañadas ganaderas estabuladas más amplias de toda Europa como el abastecimiento de trigo extranjero,y de esta forma destinar más terrenos a pastos o a cultivos distintos (nabos, avena y cebada)

Este proceso se fue gestando a lo largo del siglo XVI y se hizo patente hacia 1550, cuando los productos alimentarios tenían un precio muy alto y, dado el control sobre el trigo polaco, el negocio holandés se revalorizó lo suficiente como para buscar en sus tierras nuevas vías de beneficio lejos de la simple producción cerealística.

Las tendencias en la producción

Introducción Las tendencias de la producción en el siglo XVI son de expansión en la producción agrícola, que mengua el siglo XVII, un siglo de recesión y de reajuste. Dicha recesión sacudió Castilla aunque no toda España (la Cornisa Cantábrica experimentó, con la inclusión del maíz en sus cultivos, un reajuste y consiguió desentenderse de la crisis). El siglo XVIII es de nuevo un siglo de expansión, que la explican la explosión demográfica, los nuevos mercados, el aumento del stock monetario y la existencia de mercados financierosen expansión, que multiplicaron las posibilidades financieras y comerciales. En este momento la agricultura hace evolucionar la economía desde una de tipo antiguo (de subsistencia) hasta una moderna (de mercado), beneficiándose el sector agrario.

Las áreas de producción Los rendimientos eran muy justos. La proporción era de uno a cuatro granos, de los que se han de descontar los impuestos y diezmos, el consumo del labrador y de las bestias, así como las tasas de reproducción. Asimismo, la agricultura estaba sujeta a muchas variantes naturales (como la climatología) y artificiales (sobretodo la política y la especulación).

El granero de Europa fue Polonia. Mediante la intermediación holandesa este cereal llegó a Francia y España. También Sicilia era un importante centro distribuidor, pero en el Mediterráneo. Hubo también importantes áreas productoras en el norte de Francia, el norte de Italia, los Países Bajos y la Cornisa Cantábrica, donde se llegaron a rendimientos de siete u ocho granos.

La economía del XVII tiene como principal enemigo el descenso demográfico así como el clima, que descendió en temperaturas. Además, las guerras en Europa central desgastaron Europa, como Treinta Años, tanto por las bajas humanas como por el desgaste en infraestructuras. Holanda, Inglaterra, la Cornisa Cantábrica y el Norte de Italia, sin embargo, no vivieron el siglo como una etapa de crisis, sino más bien como un siglo de reajustes.

jueves, 20 de diciembre de 2007

La agricultura en la Edad Moderna

Introducción
La agricultura en la Edad Moderna invadía todos los ámbitos. No sólo los invadía, sino que regulaba la vida del individuo dependiendoqué relación tenga con ésta. Decir que en el Antiguo Régimen la mayor parte de la población vivía de la explotación directa de la tierra podrá parecer una simpleza , pero lo cierto es que, si hablamos en cifras, el porcentaje incluso en los países más desarrollados la tasa de ocupación era del 70% y en zonas eminentemente agrícolas superaba el 90 e incluso el 95%. La población, por tanto, vivía de la agricultura (directa o indirectamente), que además impulsaba la industria, liderada por el textil. Era muy importante tanto para el Estado, por los impuestos, como para la Iglesia, por los diezmos, sus principales fuentes de ingresos. La agricultura ocupaba, en definitiva, un papel preponderante en la economía moderna.

Las características de la Agricultura Moderna
En esta economía basada en las riquezas agrícolas nos encontramos con que el producto estrella es el cereal, el producto más cultivado sin lugar a dudas. Pero, ¿por qué el cereal y no otro cultivo? De algún modo encontramos dos razones de índole racional: los cereales tienen una relación entre alimentación y rentabilidad enorme, pero hay que tener en cuenta también motivos psicológicos (la idea de que aquello que crecía bajo tierra, como la patata, debía ser un producto "diabólico" pues, al fin y al cabo, debajo de la tierra está el infierno, tenía enorme acogida entre el campesinado más supersticioso).

De todos es sabido que el campesinado tiende al conservadurismo -por el temor a la escasez- impidiendo que se introdujeran cambios en los cultivos y, en consecuencia, y salvo Inglaterra y Holanda, hay una tendencia enorme al monocultivo en agricultura extensiva. Por este conservadurismo y cerrojo al cambio, la economía está tremendamente ligada a la climatología, y el más mínimo cambio puede desatar una crisis económica.

El desequilibrio con respecto a la ganadería, donde el animal se utilizaba como proporcionador de productos secundarios (como la leche o la lana) y como fuerza motora, se rompió en el siglo XVI. A lo largo de la Edad Moderna y sobre todo desde el XVI y XVII la cañada ganadera disminuyó considerablemente en toda Europa, pero esto tiene una explicación: el crecimiento demográfico del siglo XVI demandaba extender las áreas destinadas a la agricultura, pero no se aumentó el espacio destinado a la ganadería pues es menos rentable -en términos alimenticios- que el cultivo.

El desarrollo tecnológico era escaso y prácticamente tuvo que reducirse al abono de las tierras con excrementos de animales. La única innovación respecto a lo conocido anteriormente es la sustitución progresiva de la mula sobre el buey, pero aunque son más rápidas y baratas de mantener no se reproducen y tienen menos fuerza de tiro, por lo que su arado es más superficial y provoca que la tierra se agote antes de lo previsto.

El cereal fue aumentando de precio en época de la gran inflación y se cultiva -buscando el máximo beneficio- aún más, pero provocó el descontento del pueblo. La polarización en torno al cereal hizo que se complicara el cultivo alternativo como el viñedo o las leguminosas. Así mismo tampoco se introdujeron cultivos de rotación, como el sistema de año y medio (la mitad de la parcela se cultivaba y la otra se dejaba en barbecho: una producción al 50%) o el sistema Norfolk o de tres Hojas.

La propiedad de la tierra se concentra progresivamente durante el Antiguo Régimen. Su evolución es importante, y se puede resumir en una palabra: privatización, adquiriendo una mayor importancia la propiedad privada que la comunal. En Castilla la tierra se dividía en bienes del común y bienes propios, siendo los primeros para los vecinos, quienes tendrían derecho a llevar su pequeño rebaño a pastar a un bosque para conseguir leña, y los segundos tendrían la característica de que deben ser arrendados, es decir, un pago por usuarlo. Ambos son públicos, del municipio, pero pronto y con la inflación, los ayuntamientos se dieron cuenta que deberían anexionar los territorios del común. Sin embargo los bienes públicos propios van consiguiendo convertirse en privados precisamente por lo mismo que los anteriores. El poder local en Castilla va a ser de más difícil acceso y controlará mayor parte de donde gobernaba, aunque también podía ser la respuesta a rentabilizar las compras de cargos.

A grandes rasgos y en conclusión, la agricultura moderna se caracteriza por:
1.- Limitación física del cultivo
2.- Polarización al cereal
3.- Escaso desarrollo técnico
4.- Expansión correlacionada con la demografía

Las técnicas de la Agricultura Moderna
Hay también una serie de técnicas, aunque eran los las mismas prácticamente que a finales del XVI. El utillaje era de madera y no se había perfeccionado la tracción. Salvo las excepciones de Inglaterra y Holanda, todo seguía igual y la comunicación e infraestructuras apenas habían cambiado. La inserción de la economía agrícola en la economía capitalista de mercado supuso una revolución. Sin embargo, el alza de los precios por conseguir beneficios fue desastroso y provocó descontento. El aumento del stock monetario hará que el dinero esté presente en la agricultura y los campesinos y ayuntamientos tendieron a endeudarse, pues recurrieron al crédito.

Van a existir elementos especulativos: se vendía cuando valiera más, por lo que primero había hambre (no había cereal en el mercado y llegaba a la semana pero a mayor precio. La propiedad podía ser jurisdiccional (derechos que podía tener un señor sobre sus vasallos, como el realengo) o eminente (al uso del mismo, lo cual otorgaba una serie de derechos)

viernes, 30 de noviembre de 2007

LOS ORÍGENES DEL PENSAMIENTO LIBERAL: ADAM SMITH

Su obra puede compararse con la obra de Goethe; ambos fueron personajes de transición en sus campos. Su obra La Riqueza de las Naciones, publicada en 1776 no se encuadra en la revolución industrial ni bebe de una formación economista. Adam Smith teorizó sobre el antiguo régimen en base a lo anterior, la fisiocracia. No obstante, si bien Adam Smith no concibió los mecanismos de la revolución industrial sí preconizó uno de sus pilares básicos: la división del trabajo.
Adam Smith nació en Kirkcaldy (Escocia) en 1723 y estudió en las universidades de Glasgow y Oxford, para luego acabar siendo catedrático de retórica y literatura en Edimburgo, entrando en contacto en Glasgow con el filósofo Francis Hutchenson cuyo contacto le valió para verse influenciado por la Escuela histórica escocesa, mientras que ya en Edimburgo su relación con otro filósofo, David Hume, quien influyó mucho en el pensamiento economista y ético de Smith. Más adelante abandonó el entorno académico y viajó a Europa siendo el tutor del Duque de Buccleuch, dónde conoció a los fisiócratas franceses y sus teorías.

Una investigación sobre la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones es una obra clásica del pensamiento económico, compuesta de manera densa y compleja, con un desorden absoluto en sus exposiciones, debido a la ausencia de orden expositivo en la época. A pesar de ello, el entendimiento del libro es fácil, permitiéndose el autor incluso dosis de humor y cinismo, como a la hora de hablar de la completa subordinación de la economía a la vanidad y a la cultura de la ostentación.

LA FISIOCRACIA

Esta nueva escuela de pensamiento económico surgió en la Francia del siglo XVIII desde dónde se extendió a gran parte de los países europeos. Varios fueron los motivos para que fuese Francia la nación que idease esta manera de entender la economía: el siglo XVIII francés careció de medios económicos liberalizados y por tanto el peso agrario fue grande. Además, la crisis que sufrió la Francia del rey Sol en los últimos años del siglo XVII cuando otra concepción económica opuesta estaba en boga creó una mentalidad de necesariedad de viraje en el plano económico.
La fisiocracia ante ello, supone una reacción ante el colbertismo imperante y en quiebra, motivo básico de su aparición en Francia.
La fisiocracia es una teoría que tiende a revalorizar el producto agrícola. Mientras que el mercantilismo partía de un concepto estático de riqueza, la fisiocracia sí concibe la creación de riqueza: a través de la agricultura y del concepto de producto neto. Es más, en la mentalidad fisiócrata la tierra es la única fuente de creación de riqueza.
En la Francia del siglo XVIII la aristocracia terrateniente seguía teniendo un poder fundamental, y con la revalorización fisiocrática del papel de este sector, la fisiocracia socialmente supone una legitimación del conservadurismo social, y también ello supone el porqué de su éxito y fácil implantación.
Todos estos elementos unidos dan una primacía de la agricultura para la concepción económica de la época, siendo el resto de medios concebidos como dependientes. Asimismo, la estrecha vinculación de la fisiocracia con la ilustración dada en el paralelismo entre búsqueda de la riqueza y búsqueda de la felicidad por las que ambas corrientes respectivamente enfilan sus objetivos, hace ver el encaje de este pensamiento económico en el computo del pensamiento del siglo XVIII.
Los principales autores de la fisiocracia francesa fueron:

a) Quesnay (1694-1794) autor de Le Tableau Economique, fue médico de la corte versallesca de Luis XV, siendo el médico particular de la amante del rey. En su obra de 1758, marcó unos sistemas de análisis que todavía hoy se utilizan.

b) Jacques Turgot (1727-1781) Fue ministro de Luis XV y un fisiócrata tardío, en principio fue comerciante y estuvo vinculado a la reforma agrícola francesa de la década de los 70´ y 80´.

c) Pierre Dupont de Nemours (1778-1817) Fue el gran difusor de la fisiocracia: editó obras agrícolas (que incluso tenían difusión en el mundo rural) publicó calendarios, predicciones meteorológicas... Tras la revolución francesa emigró a América dónde hizo fortuna y creó una compañía comercial con su nombre que tuvo gran éxito.

Este sistema apoyó numerosas tesis sobre el sostenimiento del absolutismo, lo que advierte una naturaleza contrarrevolucionaria de esta doctrina económica. Ello fue posible gracias al ideal del absolutismo ilustrado de conservar la jerarquía social pero reformando el sistema político, algo en lo que la fisiocracia cuajaba debido a su apoyo en la jerarquía rural, aunque a la vez introduciendo un germen de conflicto al desplazar el concepto de estatismo de la riqueza.
Desde su apoyo al poder establecido a la par que preconizando el laissez faire, la fisiocracia creó el concepto de producto neto: la diferencia resultante de la producción total agrícola menos lo que se haya invertido en la producción y sus gastos. Ello supone el sinónimo de riqueza y por ello la fisiocracia tiene por objeto sólo que ese producto neto sea cuanto más grande mejor, aunque siempre redundando en el beneficio de los propietarios. Sin embargo, ello suponía que todos los propietarios debían poner sus tierras en labor, lo que muchas veces era contrario al concepto de muchos propietarios. Dentro del propio apoyo a la jerarquía, se introduce una presión sobre el modelo económico todavía en boga, creando un germen de disonancia en la propia estructura económica, y estableciendo ello un paralelismo con lo que el despotismo ilustrado significó en el plano político: una reforma desde dentro del sistema, a la vez que la inserción de argumentaciones y procedimientos teóricos que bien pueden utilizarse como contestación a él.
En este sentido, la monarquía ha de fomentar esa producción, beneficiándose de ello ya que aumentando la riqueza se aumentaría el ingreso fiscal.
El contexto de la fisiocracia también lo es de reforma fiscal. El sistema fiscal del siglo XVIII se caracterizaba por un conglomerado de impuestos de origen medieval desunificados y sin coherencia. En el reinado de Fernando VI en España, se intentó imponer un impuesto único, directo y progresivo, el llamado impuesto de única contribución. Con ello se pretendía reducir esta amalgama tributaria caótica. Este proyecto bebe de las ideas fisiócratas, las de concebir una riqueza en progreso y con el rey como último beneficiario. Sin embargo, ello también significó un ataque contra el sistema tradicional de privilegios.
Para los fisiócratas el comerco es una actividad estéril, pues no genera producción, siendo la única capaz de ello la agricultura. Para ellos el precio solamente debía cubrir las necesidades del asalariado, nada más. El concepto de riqueza una vez más es trastocado, cambiando quien se beneficia y como se produce.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Variantes Nacionales de la doctrina mercantilista

El mercantilismo ha sido definido como la doctrina y práctica económica de los Estados nacionales durante el periodo que va del siglo XV al siglo XVIII. Esta práctica económica se vertebra sobre tres pilares básicos: aranceles aduaneros, abundancia de especias y balanza comercial favorable. No obstante existen considerables diferencias en los modelos adoptados por los distintos Estados europeos como consecuencia de su propia trayectoria histórica. Tuvieron que responder a diferentes problemas originados por la situación concreta de cada Estado (población, geografía, clima, etc). Por este motivo el mercantilismo es un práctica heterogénea y con importantes diferencias nacionales.

ESPAÑA

En la Monarquía Hispánica existen dos corrientes de política económica que son el Arbitrismo y el Proyectismo.

Arbitristas

El nombre de arbitrismo tiene su origen en el deber feudal de consilium que obliga a los vasallos a dar consejo a su señor en la curia. También da nombre a una corriente de pensamiento político y económico que se origina en la llamada Escuela de Salamanca desde la segunda mitad del siglo XVI hasta el siglo XVIII. Durante la época gozaron de mala fama en el ámbito nacional. Para hacernos una idea de la opinión que de ellos se tenía, destaca el comentario hecho por Quevedo en El Lince de Italia cuando el personaje afirma que el Anticristo ha de ser arbitrista. En el resto de Europa, más concretamente la zona protestante, rechazó sistemáticamente cualquier idea procedente de los estados católicos. De esta manera el papel de los arbitristas quedó en la sombra hasta su recuperación en el siglo XX a manos de hispanistas anglo - sajones y franceses. Pierre Vilar los ha definido como prefisiócratas y Domínguez Ortíz comentó que las conclusiones a que llegaron los más clarividentes de estos escritores no difieren mucho de las que han podido documentar la historiografía reciente. Sus escritos nos han revelado la verdadera importancia de esta corriente de pensamiento. Es en la primera mitad del siglo XVII y más concretamente durante el reinado de Felipe IV, cuando los postulados de este movimiento adquieren mayor significación.

Los arbitrios se remontan al siglo XV y son propuestas hechas a la Corona para dar solución a los problemas de la Hacienda y obtener ingresos fiscales. Estas propuestas se reflejaban en los memoriales dirigidos al rey. Pero es a partir de la segunda mitad del siglo XVI, con Felipe II, cuando empieza a adquirir mayor importancia. Durante este periodo es un arbitrismo más vinculado a propuestas de tipo fiscal y financiero. A partir del siglo XVII se inician diversos estudios sobre la decadencia nacional que tienen como resultado un análisis más global del proceso económico. Algunos autores consideran que esta corriente expresa la frustración de una burguesía abortada, ya que los grandes centros tradicionales de comercio fueron desapareciendo a finales del siglo XVI . Aunque los temas tratados en los memoriales son de diversa índole, gran parte de ellos responde a un modelo común: causas de la decadencia / remedios propuestos. Entre las causas destaca la constante conexión de la decadencia con la guerra. La causas fundamentales de la decadencia se pueden resumir de la siguiente manera:

  1. La despoblación a causa de peste, guerra, hambre, emigración, descenso en el número de matrimonios, expulsión de los moriscos.
  2. La afluencia de metales preciosos no había enriquecido a la monarquía. Muy al contrario la había conducido al abandono de las verdaderas fuentes de riqueza: comercio, industria y agricultura
  3. La falta de dedicación al trabajo. Cuestionaron la institución del mayorazgo y la relación nobleza / desprecio al trabajo, la ausencia de burguesía mercantil, la mendicidad, los juros y los censos, etc.
  4. Inestabilidad monetaria.
  5. Exceso de impuestos que tiene como consecuencia el abandono del medio rural y sus actividades.
  6. La influencia de los extranjeros en lo referente a productos manufacturados por otros Estados, los intereses desmedidos de los empréstitos, la falsificación de moneda, etc.

Para frenar los efectos de estas causas, proponen los siguientes remedios:

  1. Repoblación. Consideraban que la guerra y el hambre eran inevitables, por ello trataban de impulsar el aumento de población con el fomento del matrimonio mediante beneficios fiscales y supresión de dotes.
  2. Fomento de la agricultura y la ganadería.
  3. Fomento de las artes, los oficios mecánicos y el comercio.
  4. Saneamiento de la moneda.
  5. Redistribución más equitativa de las cargas fiscales.
  6. Supresión o racionalización de las mercedes.
  7. Suavización de los estatutos de limpieza de sangre.

Como ya hemos destacado anteriormente la corriente arbitrista sufrió cambios a lo largo del periodo. En función de la estructura, contenido y cronología de los escritos se han elaborado varias tipologías. Nosotros exponemos la elaborada por Juan Ignacio Gutiérrez Nieto, pero existe otra realizada por José Larraz (La época del mercantilismo en Castilla (1500 – 1700). Aguilar. Madrid, 1963). Gutiérrez Nieto propone cinco grandes apartados que detallamos a continuación:


  1. Grupo 1º. Es la época del Arbitrismo fiscal y financiero relacionado con las crisis económicas del reinado de Felipe II. Sus figuras más destacadas son:

    1. Luis Ortiz. Su primer memorial es a raiz de la bancarrota de 1557, en 1558.
    2. Juan de Silva hace una memorial en 1598 para el reinado de Felipe III.
    3. Valle de la Cerda hace un memorial en 1600 para el Desempeño del Patrimonio de Su Majestad y de los Reinos, sin daño del Rey y vasallos y con descanso de todos. Propone acudir a erarios públicos y Montes de Piedad para solucionar el problema de la Hacienda.
    4. Pedro de Meneses, 1635. Memorial para la financiación de la guerra.
    5. Diego Cortés Dáila, 1642. Es un memorial muy novedoso para la época; trata de evitar los fraudes que se hacen a la Hacienda Real.

  1. Grupo 2º. Arbitrismo económico que se produce, sobre todo, tras el reinado de Felipe II:

    1. Martín González de Cellorigo. 1600 escribe un memorial a Felipe III, de la política necesaria y útil restauración a la República de España. Es muy importante porque define el género arbitrista. En el memorial se pueden observar tres partes: Una primera que trata de la decadencia y caída de las repúblicas y las causas por las que España ha declinado. La segunda propone los remedios para la restauración de nuestra República; y la tercera, el modo de acabar con las necesidades del Rey y del Reino. El aspecto más importante del memorial es la doctrina de la inflación beneficiosa por sus similitudes con la corriente fisiocrática del siglo XVIII.

    1. Cristóbal Perez de Herrera, 1610. En razón de muchas cosas tocantes al bien, prosperidad, riqueza, fertilidad de estos reinos y restauración de la gente que se ha echado de ello. Otro texto clásico de la literatura arbitrista.

Dentro de este bloque existen otros autores que se centran en la problemática agraria. Son Pedro de Valencia (1605), Pedro Fernández Navarrete (1626) y Miguel Caxa de Leruela (1631). Igualmente hay autores que incluyen en este grupo de arbitristas económicos a los escritores de la denominada Escuela de Toledo. Se trata de Damián de Olivares, 1620; Sancho de Moncada, 1619. Estos autores se centran más en la industria.

  1. Grupo 3º, denominados arbitristas políticos. Propuestas destinadas al buen gobierno y a la conservación de la monarquía:
    1. Jerónimo Cevallos, 1623.
    2. Mateo López Bravo, 1616 y 1627 respectivamente.
    3. Andrés Velasco, 1612.
  2. Grupo 4º, el arbitrismo social que pone de relieve los aspectos de la estructura social como causante de la decadencia:
    1. Gaspar Gutierrez, 1600.
    2. Fray Benito de Peñalosa, 1629.
    3. Francisco Martínez de la Mata, 1654.
  3. Grupo 5º. El arbitrismo técnico se centraba en las innovaciones necesarias para el aumento de la producción.
    1. Gil de Córdoba, 1640.
    2. Capitán Diego Ramirez, 1640

Aunque el arbitrismo fue un fenómeno más castellano, en Cataluña surgen críticas similares al mismo tiempo. Como consecuencia, entre 1620 y 1630, se inició un intenso debate entre proteccionistas y librecambistas. Estas son alguna de las figuras más relevantes: Jaume Damians, 1630; Jaume Dalmau, 1620; Narcis Peralta, 1620; F. Soler, 1620 y Feliú de la Penya, 1683.

Proyectistas


En el siglo XVIII el mercantilismo todavía sigue vigente con los proyectistas. Existe continuidad entre los siglos XVII y XVIII en cuanto a línea de pensamiento. Los proyectistas recogen las críticas de sus antecesores y las replantean. Aunque su pensamiento no es original, se observa un perfeccionamiento en la identificación de problemas y un mayor grado de sistematización.



Bernardo Ward, que estaba al servicio de Fernando VI, escribió una obra en los años sesenta que fue publicada por Campomanes en 1779. Esta obra se llamaba Proyecto Económico y estaba inspirada por la obra de José del Campillo publicada en los años cuarenta. Algunos autores consideran la obra de Ward un simple plagio. No obstante su material procede de diversas fuentes y forman un compendio de las ideas de sus predecesores para remediar la decadencia de España. Según Ward, para lograr la felicidad de España, era necesario aumentar la agricultura, el comercio y la industria.

Otra obra escrita en los mismos años y con características similares es la del abate Miguel Antonio de la Gándara. Aunque fue redactada en 1762 no fue publicada hasta 1804. Vuelven a repetirse las mismas formulas para la regeneración española. Las reformas se hacen siempre con el consentimiento del monarca y con la finalidad de mantener la sociedad tradicional. No obstante existen ataques a los monopolios y a las manos muertas eclesiásticas. La obra del abate tiene de original un incipiente nacionalismo que no observamos en los otros dos autores.

En los dos primeros tercios del siglo XVIII la preocupación por buscar las causas de la decadencia española y sus soluciones son típicamente mercantilistas. Combinan la liberalización controlada de ciertos sectores con el intervencionismo y proteccionismo estatal en otros ámbitos. Es una actualización del pensamiento mercantilista de siglos anteriores que no supone ninguna aportación original.

Las ideas de la escuela fisiocrática enriquecieron el tradicional mercantilismo español durante el reinado de Carlos III. No obstante nunca se produjo una asimilación total de la nueva doctrina como demuestra la ausencia de obras traducidas al español de pensadores tan destacados como Quesnay. Este influjo fisiocrático se percibe ya en el programa político de Pedro Rodríguez de Campomanes. Mediante una circular pidió a los distintos territorios que informasen de su situación económica y así proponer las reformas necesarias para su mejora. Estas reformas estaban orientadas a una mayor formación técnica de los campesinos y artesanos sin cuestionar el sistema propio del Antiguo Régimen. Este llamamiento obtuvo respuesta en la formación de más de setenta Sociedades Económicas de Amigos del País a partir de 1775. De estas sociedades van a surgir los intelectuales más notables de época como son Francisco de Cabarrús o Gaspar Melchor de Jovellanos.





Mercedes Esbri Ollero


miércoles, 7 de noviembre de 2007

De esta manera, la intervención estatal mercantilista iba dirigida a aumentar los ingresos fiscales y no fiscales de la Corona. Entre estos últimos, se daban la venta de oficios, de propiedades regias, la venta de impuesto...
Desde estas premisas, se desarrollaron distintas iniciativas mercantilistas:

a) Un trato de favor a la producción de los territorios propios, con cierta tendencia a la autarquía. Esta política proteccionista pretendía parar las importaciones con aranceles y cargas.
b) Apoyo financiero a las manufacturas estatales.
c) En los países coloniales, se favorecía el monopolio comercial en las colonias.

En el mercantilismo, se dan cuatro características básicas:

1.- El mercantilismo se caracteriza por ser un pensamiento poblacionista, por el cual se piensa que más rico será un país cuanto más potencial humano contenga en sus fronteras.

2.- El bullonismo, que divulgaba la creencia de que cuanto más metal precioso tuviera un país más rico sería. Por ello, el mercantilismo promueve la acumulación en sus fronteras de la mayor cantidad de oro y plata, entorpeciendo para ello las importaciones con aranceles y favoreciendo la exportación de excedentes. Esta tendencia, concebía la riqueza como un bien estático, no aumenta ni disminuye, solamente varía su localización geográfica, a la cual enriquecerá más en detrimento del lugar de procedencia de dicha ganancia, que habrá perdido tanta riqueza como la beneficiadora de la transacción halla ganado. Para controlar la cantidad de oro había dos vías:

2.1.- Controlar las explotaciones mineras.
2.2- Conseguir atraer la mayor cantidad de moneda, controlando el comercio y financiando
la competitividad de manufacturas e industria.

3.- El mercantilismo tiene una balanza comercial positiva, ya que la importación ha de ser mínima, y un reino será más rico cuanto mayor nivel de autarquía sea capaz de mantener.

4.- El fortalecimiento estatal es el objetivo fundamental.


HISTORIOGRAFÍA SOBRE EL MERCANTILISMO

La percepción actual del mercantilismo depende de la construcción económica desde el siglo XVIII, construcción que de facto fue edificada en reacción al modelo anterior al que podemos llamar mercantilismo. Su nomenclatura, ya que no es coetánea, comenzó a ser utilizada y comenzó a concebirse como un espectro ideológico, unificado y establecido como escuela sobre praxis económica en el siglo XVIII en los teóricos fisiócratas y en Adam Smith, dónde de hecho el propio apelativo constituye un calificativo peyorativo.
En 1874, el alemán Roscher de la escuela histórica alemana, construyó el mercantilismo como escuela positiva y considerada, y que significaba un modelo económico fortalecedor del Estado. Sin embargo, esta nueva defensa del sistema económico imperante en los siglos XVI y XVII en gran medida estaba patrocinado por el contexto en que la escuela histórica alemana a la que Roscher pertenecía estaba inmersa, un contexto de unificación alemana en que el gran preconizador de la teoría económica opuesta y posterior, el librecambismo, era la misma Gran Bretaña que se oponía a los planes unificadores del nacionalismo decimonónico alemán.

domingo, 28 de octubre de 2007

II. El Pensamiento Económico en los Siglos Modernos

1. La herencia medieval

Las teorías económicas modernas resultan incomprensibles si no tenemos en cuenta la gran influencia que ejerce sobre ellas el pensamiento medieval cristiano. Este se había ido formando a través de dos fórmulas: por un lado el derecho romano y por otro la tradición judía. El derecho romano había sido una herramienta vigente durante los siglos medievales, pero va a ser a partir del siglo XIII cuando este experimente un verdadero renacimiento gracias a la oposición del mismo a la tradición germana. Este renacer del derecho romano hay que vincularlo con el fortalecimiento de la autoridad real y el asentamiento de la propiedad privada.

A continuación vamos a ver dos autores considerados como "clave" para comprender el pensamiento económico del medievo.

El primero de ellos es Santo Tomás de Aquino, considerado como uno de los principales teólogos de la Edad Media. Dentro de su obra podemos encontrar algunas reflexiones sobre aspectos económicos. Por ejemplo en su obra Summa Teológica aparecen reflexiones sobre el fraude cometido en las operaciones de compra-venta desde un punto de vista moral y teológico.

Santo Tomás va a reflexionar acerca de los cambios económicos que se estaban produciendo en su época como la aparición de cofradías mercantiles en el siglo XIII. También percibe la existencia de ciertos fenómenos primitivos en el mercado. Además observa el problema que se plantea con el monopolio que practican los gremios. Estos controlaban todo el proceso de producción y comercialización. Santo Tomás llega a la conclusión de que aquellos productos cuyos precios están vinculados al monopolio gremial son más altos que los que no lo están. Es a partir de esto sobre lo que elabora su teoría sobre el "Precio Justo", en la que concluirá que un precio superior al justo era pecado, mientras que el precio justo se consideraba con una virtud. Santo Tomás, aunque percibió dicho fenómeno, no elaboró sin embargo ninguna teoría en la que se estableciese el precio justo, debido en gran parte a que no concibió el salario como parte de ese precio justo y su lógica venía dada por la necesidad de conservar el orden social vigente.

Otra de las cuestiones que aborda en esta obra es la de los intereses y la usura, en los cuales veía fines perversos. Además señala que estos debían estar penados por la justicia civil, como ya lo hacía la justicia religiosa. Considera que el cobro de intereses,, además de ser un pecado, se incurría en el delito de usura. Para Santo Tomás el beneficio estaba condenado y por ello quien obtenía beneficios era un pecador.

Vemos pues que se trata de una religión que no buscaba los fines del capitalismo en un momento en el que precisamente estos empezaban a adquirir más fuerza. Esto dio lugar a un proceso de adaptación que culminó en el siglo XVII con la introducción del concepto del "lucro cesante", por el cual un prestamista tendría derecho a una compensación económica por el dinero que había prestado, ya que este se veía imposibilitado de invertir ese dinero en otras actividades económicas durante este periodo de tiempo. Este proceso de adaptación sin embargo tuvo muchos detractores, es por ello que su conformidad con él dependa del autor. La aceptación de el beneficio total no se dará hasta finales de la Edad Moderna.


Nicolás de Oresme es la segunda figura de la que vamos a tratar. Oresme fue un pensador francés que plantea reflexiones económicas centrándose especialmente en el comercio y la moneda. Es uno de los primeros monetaristas de la Historia. Con su doctrina pretende asentar al rey en materia económica.

Sobre estos preceptos Oresme nos habla de cual debe ser la actitud del príncipe ante el comercio. El soberano no debe oponerse al comercio, sino favorecerlo para generar riqueza, aumentar la felicidad de sus súbditos y al mismo tiempo engordar sus arcas. Hay que tener en cuanta que Oresme escribe durante la Guerra de los 100 años, en una época en que la posición de a monarquía era débil y beligerante.

En relación a la moneda Oresme dice que el monarca ha de defenderla. En el Antiguo Régimen las monedas tenían un valor intrínseco, que viene dado por el material en que la moneda esta acuñada y por el peso, y un valor facial o nominal, que es el valor que se le asignaba. Para Oresme una de las funciones del rey era la de fijar el valor facial. Si la moneda tenía un valor facial de 10 el valor intrínseco debía ser algo menor, pues la diferencia le correspondía al rey en pago a los gastos de acuñación (premio de acuñación). Para Oresme tanto el rey como los parlamentos debían garantizar la estabilidad de la moneda.

Oresme va a establecer tres malos usos de la moneda: el cambio , custodia y tráfico monetario. Consideró perjudicial en este sentido la usura. Uno de los delitos más graves era la manipulación de la moneda, por ello nadie que la alterase podía quedar impune.

Para Oresme la clave estaba en la moneda controlada por el rey, la cual nadie pudiese alterar, pues esta, en términos políticos, era la consustanciación del rey.

2. El mercantilismo


Mercantilismo es el conjunto de escritos económicos junto a la práctica económica que se da en Europa a mediados del siglo XVI y en las décadas centrales del XVII. Posee dos ámbitos de estudio: la realidad económica y la teoría y el ámbito intelectual.
La característica básica del mercantilismo es el intervencionismo, la presencia constante de la monarquía, la acumulación de moneda, el autoabastecimiento, el medir la riqueza de un país en función del material precioso acumulado, etc. La presencia del rey en la economía según los mercantilistas ha de ser constante. esta "omnipresencia" del rey hay que entenderla dentro de un proceso de fortalecimiento del poder real. El intervencionismo se desarrolla a partir de una legislación reguladora con dos objetivos: aumentar la riqueza del rey y asentar el poder tanto social como económico de las élites.
Este fortalecimiento de la autoridad no implica una pérdida de poder por parte de la nobleza puesto que el poder de estos también se ve aumentado. El poder de los nobles se vio reestructurado cambiando el concepto feudal de poder local por uno cortesano e instrumental. Gracias a esto se comenzaron a tejer una serie de redes de relaciones clientelares en torno al rey, representante del poder absoluto.
Rubén Madrid Fernández

lunes, 22 de octubre de 2007

I.Introducción a la Historia Económica


1. Introducción

La Edad Moderna se caracteriza por la internacionalización y desarrollo del capitalismo mercantil y por la pervivencia de relaciones de tipo feudal.

Periodo de numerosos descubrimientos geográficos, de conquista y colonización de nuevos territorios, de apertura de nuevas rutas comerciales que, por primera vez, se extienden por todo el mundo estimulando el crecimiento de los núcleos urbanos y sus actividades.

Frente a este desarrollo de la vida urbana encontramos una gran mayoría de población sujeta a una economía predominantemente rural, de técnicas rudimentarias y rendimientos escasos o incluso decrecientes. A ello se añaden las crisis de mortalidad cíclicas. Estas crisis suponen un estancamiento del comportamiento demográfico. Solo en el siglo XVIII, y a partir de la segunda mitad, cambia el ritmo de crecimiento poblacional con un aumento sin precedentes. Es en Inglaterra donde la economía se transforma en primer lugar con los cambios en el sistema productivo como consecuencia de la Revolución Agrícola e Industrial. No obstante el proceso de transformación del feudalismo al capitalismo reviste gran complejidad y ha suscitado diversos debates.

Las dos doctrinas económicas predominantes de la época moderna fueron el mercantilismo y la fisiocracia hasta el desarrollo en el siglo XVIII del pensamiento económico liberal. De hecho la economía fue más una cuestión práctica que teórica y fue continuamente sometida a una rígida intervención estatal. Aunque existió una preocupación por la naturaleza del proceso económico, nunca se elaboró un modelo teórico, ya que la Economía no se conceptualizaba como ciencia ni se consideraba separada de la acción política.


2. El nacimiento y desarrollo de la Historia Económica


Hoy en día consideramos la Historia y la Economía como disciplinas bien diferenciadas, tanto por su objeto como por su método. La Economía es una ciencia social aplicada que utiliza métodos cuantitativos como la estadística y tiene por objeto de estudio los procesos económicos actuales. Por su parte, la Historia tiene por objeto el estudio del pasado y recurre al resto de ciencias sociales (geografía, economía, demografía…)

Sin embargo, la situación era muy distinta en los siglos XVIII y XIX. El surgimiento de la economía como ciencia suele remontarse a la publicación de La riqueza de las naciones en 1776. La ciencia de la Historia tardaría algunas décadas más en adoptar sus primeras formulaciones, pero en el siglo XIX, los productos desarrollados por historiadores de corte positivista o historicista dejaban de lado los aspectos económicos para ofrecer una visión política de la historia.

En el siglo XX se produjo la revolución historiográfica que renovó el interés por la economía. La Historia se renovaba como ciencia multidisciplinar. En la visión propuesta por la primera generación de los Annales, Bloch y Febvre proponían una historia económica y social que se apoyara en otras ciencias como la economía, la geografía, la antropología o la lingüística.

En el ámbito británico, los historiadores marxistas. Dobb, Hill, Hilton, Sweezy, renovaron el interés por un viejo tema estudiado por Marx y los primeros economistas clásicos: La transición del feudalismo al capitalismo, en un debate que se desarrolló durante años en varios artículos, como consecuencia de unos comentarios de Sweezy al libro de Maurice Dobb: Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. El debate sobre la transición interesó a historiadores fuera del ámbito británico: Lefebvre y Takahashi participaron en él desde Francia y Japón respectivamente.

Las cuestiones sobre la transición al capitalismo interesaron también a las otras grandes corrientes de historia económica que se han desarrollado durante el siglo XX:

La Historia Económica de principios de siglo, encarnada por Schumpeter, Juznets y Rostow; estaba preocupada por las teorías del desarrollo y la búsqueda de un modelo global explicativo.

Una de las teorías que ha tenido más audiencia sobre todo en el ámbito de los economistas ha sido la desarrollada por el profesor Rostow. En su explicación, Rostow conceptualizaba cinco estadios de desarrollo de las sociedades humanas que simplificaban las etapas de desarrollo económico de la humanidad. Desde las sociedades antiguas a las precondiciones para el despegue y el take off (despegue o revolución industrial) que daba paso a las sociedades capitalistas modernas.

Schumpeter es otro clásico del análisis económico y de la historia económica. Profesor de la universidad de Harward, es famosa su teoría del crecimiento económico desarrollada en el libro del mismo título. Su concepción de la economía es cíclica, aunque finalmente el capitalismo estaba abocado al colapso. Para Schumpeter la aparición del capitalismo es consecuencia de una racionalización de las mentes que dio lugar a una práctica más racionalizada de la economía a partir de la Edad Media. Sin embargo, no es capaz de dar una definición clara de lo que es la Economía. En su monumental obra póstuma Historia del Análisis Económico, Schumpeter define el análisis económico, pero admite como datos lo que él llama fenómenos económicos.

En el siglo XX con el desarrollo de la teoría económica neoclásica y Keynesiana se puso en cuestión la concepción de lo que eran los fenómenos económicos y el ámbito de estudio de la economía.

Esto tiene mucho que ver en la polémica planteada entre historiadores, economistas y antropólogos a lo largo del siglo XX y que gira en torno a las dos grandes concepciones teóricas de lo que es la economía. La tendencia formalista, conceptualiza la economía como una ciencia dedicada a estudiar el comportamiento humano en relación con la utilización de medios escasos para maximizar sus necesidades. La tendencia sustantiva considera la economía como el estudio de cuestiones relativas a la producción, distribución y consumo de recursos en las sociedades humanas.

Los primeros economistas clásicos: Smith, Ricardo, Malthus, por supuesto Marx; se preocupaban por cuestiones relativas al abastecimiento, a la producción y la distribución de recursos. La teoría económica neoclásica convirtió la economía en una teoría de la toma de decisiones en el mercado. Se admitió la economía de mercado como el marco natural de las relaciones económicas y se aplicó el modelo a todas las sociedades anteriores ignorando las diferencias en los sistemas productivos humanos, el estudio de la historia quedó reducido al estudio de dos sociedades, la antigua (caracterizada por la irracionalidad y la incapacidad para producir excedente), y la moderna, capitalista e industrial.

El homo hoeconómicus explicaba el comportamiento humano en todas las épocas. Estas robinsonadas son típicas de los economistas desde Adam Smith y son una constante en las simplificaciones históricas planteadas en el estudio de la historia por los economistas. Adam Smith creía que el origen del capitalismo estaba en la tendencia al intercambio inherente a todos los seres humanos, la tendencia natural a trocar y a obtener beneficio.

Esta misma concepción del comportamiento humano ha sido aplicada al estudio del comportamiento económico del pasado. En esta línea han destacado los estudios de la New Economic History.

La cliometría llevó en USA a la radicalización de la cientifización y la matematización de la historia, de los conceptos y categorías históricas.

Este tipo de historia era realizada por economistas sin formación de historiadores que intentaban aplicar las leyes económicas capitalistas a otras épocas (con lo que caían en un peligroso anacronismo) con la dificultad añadida de necesitar datos estadísticos fiables.

Son interesantes los trabajos de Fogel sobre el impacto del ferrocarril en la revolución industrial utilizando hipótesis contrafactuales; sin embargo, se ha criticado a estos economistas metidos a historiadores su anacronismo y su excesiva abstracción que les llevaba a dejar de lado factores históricos de suma importancia. Genovese fue especialmente crítico con la aplicación de este método al sur esclavista de EEUU por parte de Meyer y Conrad al considerar una falacia analizar un sistema como el esclavista únicamente desde el punto de vista teórico.

Sin embargo, durante el siglo XX, la tendencia sustantiva del estudio de la economía ha sido predominante entre los historiadores dedicados al estudio de la historia económica. Este planteamiento ha señalado la especificidad de cada época histórica y la inaplicabilidad del modelo de mercado a sociedades anteriores a la capitalista.

El estudio total de la historia implicaba el estudio económico, algo planteado por Bloch y Febvre con su manifiesto fundacional de los Annales y presente en la obra de Braudel. La economía debía estudiarse dentro de su marco histórico. Tiene unos ritmos propios, señalados por Braudel.

La Historia serial, dentro de la escuela de los Annales (Labrousse), es un ejemplo de esta forma de plantear el estudio económico del pasado. Procuraba no dejar de lado los factores económicos de los sociales y se basaba en el uso de series de datos numéricos teniendo en cuenta lo específico de las leyes económicas de cada época. Los estudios de los marxistas británicos sobre la transición del feudalismo al capitalismo se encuadran dentro de esta línea teórica.

En época más moderna, y los estudios de sistema mundo desarrollados por Wallerstein, Amin y Gunder Frank han vuelto a poner en cuestión el problema de los orígenes del capitalismo y el nacimiento de la economía mundo. La época moderna es una encrucijada en la que se producen los cambios fundamentales que dan origen al capitalismo.


Bibliografía

ARÓSTEGUI, J. (1995) : La investigación histórica: teoría y método. Crítica, Barcelona.

BARBER, J.W. (2005) : Historia del pensamiento económico. Alianza Universidad, Madrid.

BLOCH, M. (2001) : Introducción a la historia. Fondo de Cultura Económica, México.

BRAUDEL, F. (2005) : Las ambiciones de la Historia. Crítica, Barcelona.

HOBSBAWM, E.: (1998) : Sobre la historia. Crítica, Barcelona.

Páginas web:

http://www.rae.es/.

http://www.cch.unam.mx/historiagenda/6/contenido/st4.htm




Mercedes Esbri Ollero