viernes, 30 de noviembre de 2007

LOS ORÍGENES DEL PENSAMIENTO LIBERAL: ADAM SMITH

Su obra puede compararse con la obra de Goethe; ambos fueron personajes de transición en sus campos. Su obra La Riqueza de las Naciones, publicada en 1776 no se encuadra en la revolución industrial ni bebe de una formación economista. Adam Smith teorizó sobre el antiguo régimen en base a lo anterior, la fisiocracia. No obstante, si bien Adam Smith no concibió los mecanismos de la revolución industrial sí preconizó uno de sus pilares básicos: la división del trabajo.
Adam Smith nació en Kirkcaldy (Escocia) en 1723 y estudió en las universidades de Glasgow y Oxford, para luego acabar siendo catedrático de retórica y literatura en Edimburgo, entrando en contacto en Glasgow con el filósofo Francis Hutchenson cuyo contacto le valió para verse influenciado por la Escuela histórica escocesa, mientras que ya en Edimburgo su relación con otro filósofo, David Hume, quien influyó mucho en el pensamiento economista y ético de Smith. Más adelante abandonó el entorno académico y viajó a Europa siendo el tutor del Duque de Buccleuch, dónde conoció a los fisiócratas franceses y sus teorías.

Una investigación sobre la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones es una obra clásica del pensamiento económico, compuesta de manera densa y compleja, con un desorden absoluto en sus exposiciones, debido a la ausencia de orden expositivo en la época. A pesar de ello, el entendimiento del libro es fácil, permitiéndose el autor incluso dosis de humor y cinismo, como a la hora de hablar de la completa subordinación de la economía a la vanidad y a la cultura de la ostentación.

LA FISIOCRACIA

Esta nueva escuela de pensamiento económico surgió en la Francia del siglo XVIII desde dónde se extendió a gran parte de los países europeos. Varios fueron los motivos para que fuese Francia la nación que idease esta manera de entender la economía: el siglo XVIII francés careció de medios económicos liberalizados y por tanto el peso agrario fue grande. Además, la crisis que sufrió la Francia del rey Sol en los últimos años del siglo XVII cuando otra concepción económica opuesta estaba en boga creó una mentalidad de necesariedad de viraje en el plano económico.
La fisiocracia ante ello, supone una reacción ante el colbertismo imperante y en quiebra, motivo básico de su aparición en Francia.
La fisiocracia es una teoría que tiende a revalorizar el producto agrícola. Mientras que el mercantilismo partía de un concepto estático de riqueza, la fisiocracia sí concibe la creación de riqueza: a través de la agricultura y del concepto de producto neto. Es más, en la mentalidad fisiócrata la tierra es la única fuente de creación de riqueza.
En la Francia del siglo XVIII la aristocracia terrateniente seguía teniendo un poder fundamental, y con la revalorización fisiocrática del papel de este sector, la fisiocracia socialmente supone una legitimación del conservadurismo social, y también ello supone el porqué de su éxito y fácil implantación.
Todos estos elementos unidos dan una primacía de la agricultura para la concepción económica de la época, siendo el resto de medios concebidos como dependientes. Asimismo, la estrecha vinculación de la fisiocracia con la ilustración dada en el paralelismo entre búsqueda de la riqueza y búsqueda de la felicidad por las que ambas corrientes respectivamente enfilan sus objetivos, hace ver el encaje de este pensamiento económico en el computo del pensamiento del siglo XVIII.
Los principales autores de la fisiocracia francesa fueron:

a) Quesnay (1694-1794) autor de Le Tableau Economique, fue médico de la corte versallesca de Luis XV, siendo el médico particular de la amante del rey. En su obra de 1758, marcó unos sistemas de análisis que todavía hoy se utilizan.

b) Jacques Turgot (1727-1781) Fue ministro de Luis XV y un fisiócrata tardío, en principio fue comerciante y estuvo vinculado a la reforma agrícola francesa de la década de los 70´ y 80´.

c) Pierre Dupont de Nemours (1778-1817) Fue el gran difusor de la fisiocracia: editó obras agrícolas (que incluso tenían difusión en el mundo rural) publicó calendarios, predicciones meteorológicas... Tras la revolución francesa emigró a América dónde hizo fortuna y creó una compañía comercial con su nombre que tuvo gran éxito.

Este sistema apoyó numerosas tesis sobre el sostenimiento del absolutismo, lo que advierte una naturaleza contrarrevolucionaria de esta doctrina económica. Ello fue posible gracias al ideal del absolutismo ilustrado de conservar la jerarquía social pero reformando el sistema político, algo en lo que la fisiocracia cuajaba debido a su apoyo en la jerarquía rural, aunque a la vez introduciendo un germen de conflicto al desplazar el concepto de estatismo de la riqueza.
Desde su apoyo al poder establecido a la par que preconizando el laissez faire, la fisiocracia creó el concepto de producto neto: la diferencia resultante de la producción total agrícola menos lo que se haya invertido en la producción y sus gastos. Ello supone el sinónimo de riqueza y por ello la fisiocracia tiene por objeto sólo que ese producto neto sea cuanto más grande mejor, aunque siempre redundando en el beneficio de los propietarios. Sin embargo, ello suponía que todos los propietarios debían poner sus tierras en labor, lo que muchas veces era contrario al concepto de muchos propietarios. Dentro del propio apoyo a la jerarquía, se introduce una presión sobre el modelo económico todavía en boga, creando un germen de disonancia en la propia estructura económica, y estableciendo ello un paralelismo con lo que el despotismo ilustrado significó en el plano político: una reforma desde dentro del sistema, a la vez que la inserción de argumentaciones y procedimientos teóricos que bien pueden utilizarse como contestación a él.
En este sentido, la monarquía ha de fomentar esa producción, beneficiándose de ello ya que aumentando la riqueza se aumentaría el ingreso fiscal.
El contexto de la fisiocracia también lo es de reforma fiscal. El sistema fiscal del siglo XVIII se caracterizaba por un conglomerado de impuestos de origen medieval desunificados y sin coherencia. En el reinado de Fernando VI en España, se intentó imponer un impuesto único, directo y progresivo, el llamado impuesto de única contribución. Con ello se pretendía reducir esta amalgama tributaria caótica. Este proyecto bebe de las ideas fisiócratas, las de concebir una riqueza en progreso y con el rey como último beneficiario. Sin embargo, ello también significó un ataque contra el sistema tradicional de privilegios.
Para los fisiócratas el comerco es una actividad estéril, pues no genera producción, siendo la única capaz de ello la agricultura. Para ellos el precio solamente debía cubrir las necesidades del asalariado, nada más. El concepto de riqueza una vez más es trastocado, cambiando quien se beneficia y como se produce.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Variantes Nacionales de la doctrina mercantilista

El mercantilismo ha sido definido como la doctrina y práctica económica de los Estados nacionales durante el periodo que va del siglo XV al siglo XVIII. Esta práctica económica se vertebra sobre tres pilares básicos: aranceles aduaneros, abundancia de especias y balanza comercial favorable. No obstante existen considerables diferencias en los modelos adoptados por los distintos Estados europeos como consecuencia de su propia trayectoria histórica. Tuvieron que responder a diferentes problemas originados por la situación concreta de cada Estado (población, geografía, clima, etc). Por este motivo el mercantilismo es un práctica heterogénea y con importantes diferencias nacionales.

ESPAÑA

En la Monarquía Hispánica existen dos corrientes de política económica que son el Arbitrismo y el Proyectismo.

Arbitristas

El nombre de arbitrismo tiene su origen en el deber feudal de consilium que obliga a los vasallos a dar consejo a su señor en la curia. También da nombre a una corriente de pensamiento político y económico que se origina en la llamada Escuela de Salamanca desde la segunda mitad del siglo XVI hasta el siglo XVIII. Durante la época gozaron de mala fama en el ámbito nacional. Para hacernos una idea de la opinión que de ellos se tenía, destaca el comentario hecho por Quevedo en El Lince de Italia cuando el personaje afirma que el Anticristo ha de ser arbitrista. En el resto de Europa, más concretamente la zona protestante, rechazó sistemáticamente cualquier idea procedente de los estados católicos. De esta manera el papel de los arbitristas quedó en la sombra hasta su recuperación en el siglo XX a manos de hispanistas anglo - sajones y franceses. Pierre Vilar los ha definido como prefisiócratas y Domínguez Ortíz comentó que las conclusiones a que llegaron los más clarividentes de estos escritores no difieren mucho de las que han podido documentar la historiografía reciente. Sus escritos nos han revelado la verdadera importancia de esta corriente de pensamiento. Es en la primera mitad del siglo XVII y más concretamente durante el reinado de Felipe IV, cuando los postulados de este movimiento adquieren mayor significación.

Los arbitrios se remontan al siglo XV y son propuestas hechas a la Corona para dar solución a los problemas de la Hacienda y obtener ingresos fiscales. Estas propuestas se reflejaban en los memoriales dirigidos al rey. Pero es a partir de la segunda mitad del siglo XVI, con Felipe II, cuando empieza a adquirir mayor importancia. Durante este periodo es un arbitrismo más vinculado a propuestas de tipo fiscal y financiero. A partir del siglo XVII se inician diversos estudios sobre la decadencia nacional que tienen como resultado un análisis más global del proceso económico. Algunos autores consideran que esta corriente expresa la frustración de una burguesía abortada, ya que los grandes centros tradicionales de comercio fueron desapareciendo a finales del siglo XVI . Aunque los temas tratados en los memoriales son de diversa índole, gran parte de ellos responde a un modelo común: causas de la decadencia / remedios propuestos. Entre las causas destaca la constante conexión de la decadencia con la guerra. La causas fundamentales de la decadencia se pueden resumir de la siguiente manera:

  1. La despoblación a causa de peste, guerra, hambre, emigración, descenso en el número de matrimonios, expulsión de los moriscos.
  2. La afluencia de metales preciosos no había enriquecido a la monarquía. Muy al contrario la había conducido al abandono de las verdaderas fuentes de riqueza: comercio, industria y agricultura
  3. La falta de dedicación al trabajo. Cuestionaron la institución del mayorazgo y la relación nobleza / desprecio al trabajo, la ausencia de burguesía mercantil, la mendicidad, los juros y los censos, etc.
  4. Inestabilidad monetaria.
  5. Exceso de impuestos que tiene como consecuencia el abandono del medio rural y sus actividades.
  6. La influencia de los extranjeros en lo referente a productos manufacturados por otros Estados, los intereses desmedidos de los empréstitos, la falsificación de moneda, etc.

Para frenar los efectos de estas causas, proponen los siguientes remedios:

  1. Repoblación. Consideraban que la guerra y el hambre eran inevitables, por ello trataban de impulsar el aumento de población con el fomento del matrimonio mediante beneficios fiscales y supresión de dotes.
  2. Fomento de la agricultura y la ganadería.
  3. Fomento de las artes, los oficios mecánicos y el comercio.
  4. Saneamiento de la moneda.
  5. Redistribución más equitativa de las cargas fiscales.
  6. Supresión o racionalización de las mercedes.
  7. Suavización de los estatutos de limpieza de sangre.

Como ya hemos destacado anteriormente la corriente arbitrista sufrió cambios a lo largo del periodo. En función de la estructura, contenido y cronología de los escritos se han elaborado varias tipologías. Nosotros exponemos la elaborada por Juan Ignacio Gutiérrez Nieto, pero existe otra realizada por José Larraz (La época del mercantilismo en Castilla (1500 – 1700). Aguilar. Madrid, 1963). Gutiérrez Nieto propone cinco grandes apartados que detallamos a continuación:


  1. Grupo 1º. Es la época del Arbitrismo fiscal y financiero relacionado con las crisis económicas del reinado de Felipe II. Sus figuras más destacadas son:

    1. Luis Ortiz. Su primer memorial es a raiz de la bancarrota de 1557, en 1558.
    2. Juan de Silva hace una memorial en 1598 para el reinado de Felipe III.
    3. Valle de la Cerda hace un memorial en 1600 para el Desempeño del Patrimonio de Su Majestad y de los Reinos, sin daño del Rey y vasallos y con descanso de todos. Propone acudir a erarios públicos y Montes de Piedad para solucionar el problema de la Hacienda.
    4. Pedro de Meneses, 1635. Memorial para la financiación de la guerra.
    5. Diego Cortés Dáila, 1642. Es un memorial muy novedoso para la época; trata de evitar los fraudes que se hacen a la Hacienda Real.

  1. Grupo 2º. Arbitrismo económico que se produce, sobre todo, tras el reinado de Felipe II:

    1. Martín González de Cellorigo. 1600 escribe un memorial a Felipe III, de la política necesaria y útil restauración a la República de España. Es muy importante porque define el género arbitrista. En el memorial se pueden observar tres partes: Una primera que trata de la decadencia y caída de las repúblicas y las causas por las que España ha declinado. La segunda propone los remedios para la restauración de nuestra República; y la tercera, el modo de acabar con las necesidades del Rey y del Reino. El aspecto más importante del memorial es la doctrina de la inflación beneficiosa por sus similitudes con la corriente fisiocrática del siglo XVIII.

    1. Cristóbal Perez de Herrera, 1610. En razón de muchas cosas tocantes al bien, prosperidad, riqueza, fertilidad de estos reinos y restauración de la gente que se ha echado de ello. Otro texto clásico de la literatura arbitrista.

Dentro de este bloque existen otros autores que se centran en la problemática agraria. Son Pedro de Valencia (1605), Pedro Fernández Navarrete (1626) y Miguel Caxa de Leruela (1631). Igualmente hay autores que incluyen en este grupo de arbitristas económicos a los escritores de la denominada Escuela de Toledo. Se trata de Damián de Olivares, 1620; Sancho de Moncada, 1619. Estos autores se centran más en la industria.

  1. Grupo 3º, denominados arbitristas políticos. Propuestas destinadas al buen gobierno y a la conservación de la monarquía:
    1. Jerónimo Cevallos, 1623.
    2. Mateo López Bravo, 1616 y 1627 respectivamente.
    3. Andrés Velasco, 1612.
  2. Grupo 4º, el arbitrismo social que pone de relieve los aspectos de la estructura social como causante de la decadencia:
    1. Gaspar Gutierrez, 1600.
    2. Fray Benito de Peñalosa, 1629.
    3. Francisco Martínez de la Mata, 1654.
  3. Grupo 5º. El arbitrismo técnico se centraba en las innovaciones necesarias para el aumento de la producción.
    1. Gil de Córdoba, 1640.
    2. Capitán Diego Ramirez, 1640

Aunque el arbitrismo fue un fenómeno más castellano, en Cataluña surgen críticas similares al mismo tiempo. Como consecuencia, entre 1620 y 1630, se inició un intenso debate entre proteccionistas y librecambistas. Estas son alguna de las figuras más relevantes: Jaume Damians, 1630; Jaume Dalmau, 1620; Narcis Peralta, 1620; F. Soler, 1620 y Feliú de la Penya, 1683.

Proyectistas


En el siglo XVIII el mercantilismo todavía sigue vigente con los proyectistas. Existe continuidad entre los siglos XVII y XVIII en cuanto a línea de pensamiento. Los proyectistas recogen las críticas de sus antecesores y las replantean. Aunque su pensamiento no es original, se observa un perfeccionamiento en la identificación de problemas y un mayor grado de sistematización.



Bernardo Ward, que estaba al servicio de Fernando VI, escribió una obra en los años sesenta que fue publicada por Campomanes en 1779. Esta obra se llamaba Proyecto Económico y estaba inspirada por la obra de José del Campillo publicada en los años cuarenta. Algunos autores consideran la obra de Ward un simple plagio. No obstante su material procede de diversas fuentes y forman un compendio de las ideas de sus predecesores para remediar la decadencia de España. Según Ward, para lograr la felicidad de España, era necesario aumentar la agricultura, el comercio y la industria.

Otra obra escrita en los mismos años y con características similares es la del abate Miguel Antonio de la Gándara. Aunque fue redactada en 1762 no fue publicada hasta 1804. Vuelven a repetirse las mismas formulas para la regeneración española. Las reformas se hacen siempre con el consentimiento del monarca y con la finalidad de mantener la sociedad tradicional. No obstante existen ataques a los monopolios y a las manos muertas eclesiásticas. La obra del abate tiene de original un incipiente nacionalismo que no observamos en los otros dos autores.

En los dos primeros tercios del siglo XVIII la preocupación por buscar las causas de la decadencia española y sus soluciones son típicamente mercantilistas. Combinan la liberalización controlada de ciertos sectores con el intervencionismo y proteccionismo estatal en otros ámbitos. Es una actualización del pensamiento mercantilista de siglos anteriores que no supone ninguna aportación original.

Las ideas de la escuela fisiocrática enriquecieron el tradicional mercantilismo español durante el reinado de Carlos III. No obstante nunca se produjo una asimilación total de la nueva doctrina como demuestra la ausencia de obras traducidas al español de pensadores tan destacados como Quesnay. Este influjo fisiocrático se percibe ya en el programa político de Pedro Rodríguez de Campomanes. Mediante una circular pidió a los distintos territorios que informasen de su situación económica y así proponer las reformas necesarias para su mejora. Estas reformas estaban orientadas a una mayor formación técnica de los campesinos y artesanos sin cuestionar el sistema propio del Antiguo Régimen. Este llamamiento obtuvo respuesta en la formación de más de setenta Sociedades Económicas de Amigos del País a partir de 1775. De estas sociedades van a surgir los intelectuales más notables de época como son Francisco de Cabarrús o Gaspar Melchor de Jovellanos.





Mercedes Esbri Ollero


miércoles, 7 de noviembre de 2007

De esta manera, la intervención estatal mercantilista iba dirigida a aumentar los ingresos fiscales y no fiscales de la Corona. Entre estos últimos, se daban la venta de oficios, de propiedades regias, la venta de impuesto...
Desde estas premisas, se desarrollaron distintas iniciativas mercantilistas:

a) Un trato de favor a la producción de los territorios propios, con cierta tendencia a la autarquía. Esta política proteccionista pretendía parar las importaciones con aranceles y cargas.
b) Apoyo financiero a las manufacturas estatales.
c) En los países coloniales, se favorecía el monopolio comercial en las colonias.

En el mercantilismo, se dan cuatro características básicas:

1.- El mercantilismo se caracteriza por ser un pensamiento poblacionista, por el cual se piensa que más rico será un país cuanto más potencial humano contenga en sus fronteras.

2.- El bullonismo, que divulgaba la creencia de que cuanto más metal precioso tuviera un país más rico sería. Por ello, el mercantilismo promueve la acumulación en sus fronteras de la mayor cantidad de oro y plata, entorpeciendo para ello las importaciones con aranceles y favoreciendo la exportación de excedentes. Esta tendencia, concebía la riqueza como un bien estático, no aumenta ni disminuye, solamente varía su localización geográfica, a la cual enriquecerá más en detrimento del lugar de procedencia de dicha ganancia, que habrá perdido tanta riqueza como la beneficiadora de la transacción halla ganado. Para controlar la cantidad de oro había dos vías:

2.1.- Controlar las explotaciones mineras.
2.2- Conseguir atraer la mayor cantidad de moneda, controlando el comercio y financiando
la competitividad de manufacturas e industria.

3.- El mercantilismo tiene una balanza comercial positiva, ya que la importación ha de ser mínima, y un reino será más rico cuanto mayor nivel de autarquía sea capaz de mantener.

4.- El fortalecimiento estatal es el objetivo fundamental.


HISTORIOGRAFÍA SOBRE EL MERCANTILISMO

La percepción actual del mercantilismo depende de la construcción económica desde el siglo XVIII, construcción que de facto fue edificada en reacción al modelo anterior al que podemos llamar mercantilismo. Su nomenclatura, ya que no es coetánea, comenzó a ser utilizada y comenzó a concebirse como un espectro ideológico, unificado y establecido como escuela sobre praxis económica en el siglo XVIII en los teóricos fisiócratas y en Adam Smith, dónde de hecho el propio apelativo constituye un calificativo peyorativo.
En 1874, el alemán Roscher de la escuela histórica alemana, construyó el mercantilismo como escuela positiva y considerada, y que significaba un modelo económico fortalecedor del Estado. Sin embargo, esta nueva defensa del sistema económico imperante en los siglos XVI y XVII en gran medida estaba patrocinado por el contexto en que la escuela histórica alemana a la que Roscher pertenecía estaba inmersa, un contexto de unificación alemana en que el gran preconizador de la teoría económica opuesta y posterior, el librecambismo, era la misma Gran Bretaña que se oponía a los planes unificadores del nacionalismo decimonónico alemán.