Esta es la última entrada que realizaré en este blog y, ya que versa sobre mi opinión acerca de los contenidos y el método de la asignatura, trataré de ser lo más sincero posible, y por sincero entiendo no sólo expresar lo que pienso con sus palabras medidas, sino no temer rayar la polémica y evitar ser complaciente si ello es contrario a mi criterio.
Esta asignatura, en gran medida, ha sido una de las que más tiempo he dedicado en este cuatrimestre, una de las que mayor sensación de desamparo me ha producido ante la carga de trabajo, pero a la vez ha sido sinceramente con una de las que más he aprendido, y no en relación a los contenidos teóricos, sino más en relación con la toma de conciencia de una autonomía académica a la hora de realizar mis tareas, objetivo que, viendo el proceder de la asignatura, creo que era el cometido fundamental fuera de cualquier otra aspiración relacionada con la enseñanza teórica de la historia económica de la edad moderna, cosa que me parece muy loable y de agradecer.
Sin embargo, ha habido una serie de problemas derivados del propio método que me parece que han ralentizado más que otra cosa la moral de trabajo, y que me parece fundamental señalar:
- La práctica obligatoriedad de efectuar el trabajo en grupo, quedando denostada completamente la opción del examen, entre otras cosas debido a que sólo sería posible obtener un notable a través del examen, dando esta opción -planteada como de libre elección por la normativa de la asignatura- como un premio de consolación para alumnos vagos y desmotivados. Es posible que el profesor sea contrario al método tradicional, pero si se ofrece la posibilidad de realizar examen, que no se someta al alumno a situaciones tales como que se hagan en clase grupos de trabajo de los que él durante los tres cuartos de hora finales de la clase quedase completamente al margen. Si hubiera sido preciso, que el profesor hubiera impuesto el método del trabajo en grupo a todo el mundo, no intentando abarcar todas las posibilidades para contentar a todo el mundo.
- Para mi, el tema del blog y el tema de los recursos de internet para la asignatura, me parece que han conferido a la asignatura una impersonalidad acuciante y creo que no hablo desde una pataleta estudiantil, el blog constituía la pieza que faltaba para el engranaje del método del profesor, ya que hace al alumno trabajar sobre los contenidos dados en clase cosa que no hace en el resto del tiempo dedicado a la asignatura. Mi opinión al respecto, y valorando muy positivamente la iniciativa docente del profesor, es que era un elemento nada didáctico, basado en la repetición sin interiorización de los contenidos y engordados con el "corta pega", cosa que yo me he negado a hacer lo que se puede comprobar en la austeridad de mis entradas, que yo mismo reconozco. De esta forma el mantenimiento del blog suponía más que un esfuerzo positivo, un incordio para la tarea del alumno, de la misma manera que si un profesor de una asignatura argumentada en torno a las clases magistrales obligase a sus alumnos a que pasaran a limpio sus apuntes de clase y los presentasen para que él los firmase. Además, la carga de trabajo ya resultaba suficiente, lo que hace que toda la aportación didáctica que el ocuparse del blog podía dar era insignificante en relación con tareas más alentadoras y enriquecedoras, así como que toda pretensión por que el blog fuese completado por artículos de nuestro cuño quedaba pospuesta con la carga académica que nuestros trabajos exigían.
-Asimismo, la propia dinámica del trabajo en clase reincidía en la impersonalidad, sobre todo en los primeros momentos en que no nos conocíamos bien y que no se había hecho todavía la división del trabajo, lo que hizo que muchas horas de trabajo fueran en balde. La puesta en común de los trabajos semanales, debe ser una labor instrumental, para componer la memoria semanal y para conocer lo realizado por los compañeros. Que el trabajo de otro de tu grupo te sirva o no es algo que se dilucida en mucho menos tiempo que el dedicado de la manera tan estricta en que se estipuló en clase, estipulación que además entraba en conflicto con la propia máxima de libertad que pregonaban las normas y procedimientos. Si el blog pretendía cubrir la deficiencia para con la materia teórica que ocasionaba el centrar todo el esfuerzo en la realización del trabajo, este tiempo de clase ha sido mal organizado y en muchos casos ha resultado improductivo.
Sin embargo, no es lo negativo lo único que quiero reseñar, me parece que la asignatura en el ámbito del trabajo nos ha proporcionado una fuerte motivación, ya que la libertad dada para su realización lo ha propiciado, ha permitido que tomemos conciencia de nuestro trabajo y, sobre todo, ha motivado la interacción académica entre nosotros, algo que no se habría conseguido por la vía tradicional. Asimismo, el trabajo también ha significado una exploración en la aplicación práctica de nuestros estudios, algo de agradecer tal y como se plantea en general.
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2 comentarios:
Me alegra que la universidad siga siendo nido de incorformistas. Evidentemente tenemos opiniones diferentes, pero me alegro que ¡por fin! alguien exprese una opinión negativa.
Mucha suerte con los exámenes.
Erik, yo creo que lo que pasa es que falta tiempo para desarrollar bien los contenidos. En una asignatura anual la experiencia hubiera sido más positiva.
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